Me molestan soberanamente las parejas pegajosas en lugares públicos. Esas que no se despegan nunca, que están todo el maldito tiempo haciéndose mimos, abrazándose, besándose. Odio a las parejas empalagosas, que se dicen cosas tales como cuchi-cuchi, bichito de luz, osito, vaquita o cualquiera de esa variedad de apodos no aptos para diabéticos.
Por eso, desde este humilde espacio les pido por favor, a las personas enamoradas, un poquito de ubicación.
Desde ya muchas gracias,
Noe, de las Las tanaferreadoras.
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